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4 de octubre de 2010

LA PLENA

Este contagioso ritmo nos identifica tanto como nación que hasta en las huelgas y protestas repicamos los panderos acompañados de consignas. La base de este género, precisamente, la constituyen una serie de panderos con membrana de chivo, cuyo tamaño determina el sonido. Mientras más pequeño, más agudo es su sonido y mientras más grande, más grave el sonido. Usualmente se tocan tres panderos a la vez, de los cuales los más grandes (seguidor y tumbador) se usan para mantener un ritmo constante, mientras que con el más pequeño (requinto) se improvisa con sus repiques agudos.

El origen de la plena se halla en las barriadas urbanas y arrabales del Puerto Rico de inicios del siglo XX, específicamente en el sector la Joya del Castillo en Ponce. Su ritmo cadencioso comenzó a amenizar numerosos bailes en parejas. Contrario a la bomba, donde la percusión antecede a la lírica, en la plena se aprovecha al máximo la lírica. La plena era la base musical para una serie de coplas que narraban todo tipo de situaciones cotidianas, así como sucesos importantes. Por eso se conoció a la plena como "el periódico cantado". Hasta nuestros días han trascendido plenas famosas que trataban temas tan diversos como "Cortaron a Elena", "Tintorera del Mar", "Temporal", "El Obispo de Roma" y muchas otras.

La instrumentación original de la plena consistía (además de los panderos) era la sinfonía de mano o acordeón de botones, el güiro, el cuatro y la marímbola (una caja de madera con unas lengüetas de metal que al tocarlas producen notas graves, como el bajo). No obstante, poco a poco se integraron a la plena instrumentos de viento como el trombón, así como piano y bongó. Este ritmo nacional fue integrado al repertorio de la música jíbara de la montaña, aunque rara vez se tocaba con panderos, sino con cuatro, guitarra, güiro y bongó.

La popularidad de la plena llegó a tal punto que finalmente "se vistió de largo" al ser interpretada por instituciones musicales de la altura de la Orquesta PanamericanaRafael Hernández "El Jibarito", la Orquesta de César Concepción y Rafael Cortijo y su Combo con Ismael Rivera.

Lamentablemente, el auge de la plena fue cediendo ante el surgimiento de géneros foráneos respaldados por empresas discográficas, como el merengue y la salsa. Por suerte, poco a poco se formaron nuevos grupos musicales con el objetivo de revivir la plena con gran éxito, como Los Pleneros del Quinto Olivo, los Pleneros de la 23 AbajoPlena Libre, Plenéalo, Truko y Zaperoko y otros que han llevado la plena alrededor del mundo. Pero hay que admitir que la plena siempre se mantuvo latente en cada esquina, en cada piquete, en cada manifestación de afirmación nacional en donde clamamos que "el pueblo unido jamás será vencido..." 

1 de octubre de 2010

LA BOMBA

Donde se manifiesta con más intensidad la herencia africana del puertorriqueño  es en la bomba, originada en los días de la esclavitud, cuando los negros utilizaban los barriles de alcohol y melaza para ponerles cuero y sacarles ritmo. Este género se caracteriza por sus sonidos fuertes y rítmicos, producidos por los tambores y acompañados con canto. Las canciones se alternan entre verso y coro como respuesta mutua.

Los instrumentos necesarios para interpretar la bomba son unos tambores llamados barriles, la maraca (que usa el cantor o cantora) y los cuá, que son unos palitos que al tocarse sobre una superficie de madera llevan la base del ritmo. Usualmente se tocan tres barriles, dos de los cuales llevan el ritmo constante, producen un sonido grave y se llaman buleadores. El otro barril (primo o subidor) de sonido agudo es el que marca los pasos o piquetes que improvisa el bailador o bailadora. 

El atractivo de la bomba es que constituye un "duelo" entre el bailador y el tocador del primo. Al bailar, las mujeres levantan sus pintorescas faldas - adornadas con elegantes enaguas - para retar al tocador con sus cadenciosos movimientos. Por otro lado los hombres al bailar marcan sus pasos con todo su cuerpo, de modo que el tocador del primo trata de imitarlo. Así se establece el diálogo entre baile y música. 

La bomba se originó en las plantaciones costeras y se ha mantenido en las comunidades donde predominan los boricuas de raza negra: Loíza, Santurce, Ponce, Guayama, Mayagüez y otras. Cada región tiene su estilo particular de tocar la bomba, en lo que se conoce como Seis de Bomba. Algunos de los más conocidos son: sicá, yubá, güembé, bambulaé, cunyá, holandé, leró, mariandá y calindá.

Numerosos exponentes de la bomba la han llevado al sitial que merece este género que no muere y que la han dado a conocer alrededor del mundo. Los Hermanos Ayala, la Familia Cepeda, Majestad Negra, Paracumbé, entre otros, han contribuido a la difusión de uno de nuestros ritmos más populares.