por Manuel Rodríguez Ortega
Puede que en la mayor parte del mundo el fútbol sea el deporte rey, pero en el Caribe, el béisbol es el verdadero monarca. Sin duda la cercanía de Gringolandia nos contagió con la fiebre del bate y la bola, hasta el punto que exportamos nuestros mejores jugadores al mejor béisbol del mundo: las Grandes Ligas. Cubanos, dominicanos, venezolanos, mexicanos y boricuas han acaparado titulares y premios por sus hazañas. Este deporte se expande cada vez más a través del mundo, según hemos visto en los Clásicos Mundiales de Béisbol.
Más allá de la competición deportiva, la pelota caló hondo en nuestra cultura, al punto que utilizamos muchos términos beisbolísticos para referirnos a situaciones cotidianas. Por ejemplo, ¿a cuántos no han cogido “fuera de base” cuando los sorprenden en una infidelidad? Por otro lado, la toma de decisiones en momentos difíciles en ocasiones nos tiene “en tres y dos”. A lo mejor estás “ponchando” con la novia, pero si estás soltero y no acabas de tener novia “no has librado los nueve ceros”, a menos que “le tires una recta por el centro del plato” para conquistarla. Si lo logras con facilidad fue “un bombito al pitcher”. No obstante, si fracasaste súbita y estrepitosamente en el intento, “te ponchaste sin tirarle”. Para colmo, te están “pitcheando” si no te hacen caso. Si hay algo sospechoso “se le ve la costura a la bola”.
También la música ha tomado el béisbol como inspiración, como fue el “El caballo pelotero” de El Gran Combo que dio un batazo pero no podía correr, porque si no estaría en el hipódromo. Cuando vemos a una mujer voluptuosa y despampanante decimos que es “un batazo de cuatro esquinas esa negra”, como bien lo cantó Gilberto Santa Rosa en “Botaron la pelota”. ¿Y qué les parece cuando en la canción “Decisiones” de Rubén Blades el marido “comienza la segunda del noveno”, esperando al vecino con un bate de béisbol del extranjero? De paso, todo cantante sueña con alcanzar la fama una vez que “pega un hit” en la radio.
Muchos hablan del que “se fue hasta home”, “botó la pelota”, “dio un palo” o “se fue por encima de la verja”, dichos beisboleros que aplican a toda una serie de situaciones, algunas de ellas impublicables, toda vez que se le suele dar un sentido fálico al bate. También se le añade cierto erotismo al campo de juego, en particular a la forma de diamante del “infield” cuando algunos lo comparan con las caderas de una mujer (no daré detalles de dónde estaría el home).
Quizás aquel tipo que te supere en algo “sea tu papá” como en la época del “béisbol romántico” en que los Cangrejeros de Santurce, con su “escuadrón del pánico” le daban “pelas” a los Senadores de San Juan. De todos modos, nos enorgullece que esta tierra haya parido tantos jugadores excelentes que han dado gloria a Puerto Rico porque después de todo, como dijo Andy Montañez: “con un Roberto Clemente ¿quién no se siente patriota?”
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