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16 de febrero de 2017

ENTRE BOLAS Y STRIKES

por Manuel Rodríguez Ortega





Puede que en la mayor parte del mundo el fútbol sea el deporte rey, pero en el Caribe, el béisbol es el verdadero monarca. Sin duda la cercanía de Gringolandia nos contagió con la fiebre del bate y la bola, hasta el punto que exportamos nuestros mejores jugadores al mejor béisbol del mundo: las Grandes Ligas. Cubanos, dominicanos, venezolanos, mexicanos y boricuas han acaparado titulares y premios por sus hazañas. Este deporte se expande cada vez más a través del mundo, según hemos visto en los Clásicos Mundiales de Béisbol.

Más allá de la competición deportiva, la pelota caló hondo en nuestra cultura, al punto que utilizamos muchos términos beisbolísticos para referirnos a situaciones cotidianas. Por ejemplo, ¿a cuántos no han cogido “fuera de base” cuando los sorprenden en una infidelidad? Por otro lado, la toma de decisiones en momentos difíciles en ocasiones nos tiene “en tres y dos”. A lo mejor estás “ponchando” con la novia, pero si estás soltero y no acabas de tener novia “no has librado los nueve ceros”, a menos que “le tires una recta por el centro del plato” para conquistarla. Si lo logras con facilidad fue “un bombito al pitcher”. No obstante, si fracasaste súbita y estrepitosamente en el intento, “te ponchaste sin tirarle”. Para colmo, te están “pitcheando” si no te hacen caso. Si hay algo sospechoso “se le ve la costura a la bola”.

También la música ha tomado el béisbol como inspiración, como fue el “El caballo pelotero”  de El Gran Combo que dio un batazo pero no podía correr, porque si no estaría  en el  hipódromo.  Cuando vemos a una mujer voluptuosa y despampanante decimos que es “un batazo de cuatro esquinas esa negra”, como bien lo cantó Gilberto Santa Rosa en “Botaron la pelota”. ¿Y qué les parece cuando en la canción “Decisiones” de Rubén Blades el marido “comienza la segunda del noveno”, esperando al vecino con un bate de béisbol del extranjero? De paso, todo cantante sueña con alcanzar la fama una vez que “pega un hit” en la radio. 

Muchos hablan del que “se fue  hasta home”, “botó la pelota”, “dio un palo” o “se fue por encima de la verja”, dichos beisboleros que aplican a toda una serie de situaciones, algunas de ellas impublicables, toda vez que se le suele dar un sentido fálico al bate. También se le añade cierto erotismo al campo de juego, en particular a la forma de diamante del “infield” cuando algunos lo comparan con las caderas de una mujer (no daré detalles de dónde estaría el home). 

Quizás aquel tipo que te supere en algo “sea tu papá” como en la época del “béisbol romántico” en que los Cangrejeros de Santurce, con su “escuadrón del pánico”  le daban “pelas” a los Senadores de San Juan. De todos modos, nos enorgullece que esta tierra haya parido tantos jugadores excelentes que han dado gloria a Puerto Rico porque después de todo, como dijo Andy Montañez: “con un Roberto Clemente ¿quién no se siente patriota?”


9 de febrero de 2017

GOLES QUE GANAN JUEGOS (Y MILLONES)

por Manuel Rodríguez Ortega



En junio y julio de 2014 el globo terráqueo se paralizó por la Copa Mundial de Fútbol. El deporte rey arrastra más multitudes y provoca más furor que cualquier otro. Prácticamente en todos los países - en mayor o menor grado- se juega el deporte y se organizan torneos.

En Estados Unidos se juega también, aunque lo bautizaron con el feo nombre de “soccer”, porque tienen su propio fútbol que en realidad es un rugby al estilo americano.

El organismo rector del fútbol a nivel mundial es la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociación). Es una máquina de hacer dinero que genera más ganancias que el presupuesto anual de muchos países. La Federación dirige unas seis asociaciones regionales que a su vez agrupan a 209 naciones miembros (más que las Naciones Unidas que tiene 192). Puerto Rico está entre esos países, en ruta a mejorar su calidad competitiva.

La pasada Copa Mundial, celebrada en Brasil, generó multimillonarias ganancias: alrededor de $50 billones de en la venta de taquillas y en auspicios comerciales, transmisiones televisivas y la venta de todo tipo de chucherías conmemorativas.

Aunque el resultado final no favoreció al equipo anfitrión, que se tuvo que conformar con un cuarto puesto, el campeonato representó una enorme oportunidad para que Brasil mostrara su mejor cara ante el mundo. ¿Lo logró? Bueno… el pueblo brasileño no ocultó su disgusto por los gastos excesivos incurridos por el gobierno en la construcción de infraestructura.

Tan pronto se recogió el último papelito tirado al suelo en Río de Janeiro, salen a flote los verdaderos campeones del torneo. No fue el equipo de Alemania ni otros países, sino la propia FIFA. Esta poderosa entidad que se promueve como sin fines de lucro y está exenta de pagar impuestos, se echó al bolsillo un botín de $4,500 millones, de los cuales apenas repartió $406 millones entre los 32 equipos participantes y las demás federaciones mundiales.

Los campeones germanos se embolsaron $35 millones y el equipo subcampeón $25 millones. Los demás se llevaron su dinerito, hasta los que se eliminaron en la primera recibieron un premio de consolación de $8 millones. Vale mencionar que la selección de Argelia tuvo la encomiable iniciativa de donar sus ingresos a la causa de los niños de la Franja de Gaza.

Desde 1998 el presidente de la FIFA es un tal Joseph Blatter, de quien se alega ha recibido jugosos sobornos a cambio de otorgar las sedes para los próximos campeonatos, así que podemos pensar que los chavos corrieron por montones para otorgar la sede a la fría Rusia en 2018 y a la desértica y calurosa Qatar en 2022.


Un detalle que me pareció curioso fue que muchos de los equipos europeos estaban compuestos en su mayoría por jugadores de raza negra. Lo cierto es que ellos suelen ser inmigrantes nacionalizados que provienen de las antiguas colonias en África o América. A pesar de la xenofobia reaccionaria que pulula actualmente en Europa, con tal de que ganen sus equipos son capaces de aceptar a los negros. Así es como único se aprecia a las minorías étnicas y a los inmigrantes. Claro, los fanáticos no dejan de tirarle guineos al campo de juego como un insulto racista.

8 de febrero de 2017

DE REINOS Y PRINCESITAS

por Manuel Rodríguez Ortega
publicado en el periódico El Hostosiano
junio 2015




¡Ya es noticia en la prensa mundial! Nació la princesita inglesa, descendiente de una longeva reina que es dueña de medio planeta, gracias al invento del Commonwealth británico. Esa niña, hija de William, futuro rey de Gran Bretaña, llevará el nombre de Charlotte Elizabeth Diana, en honor a sus abuelas y a su bisabuela. Qué lástima que no conocerá nunca a su abuelita la princesa Diana, que murió acosada por los “paparazzi”.

El mismo día en que nació la princesa, nacieron, por supuesto, millones de niñas en todo el planeta. No obstante, sus destinos serán muy diferentes al de Charlotte. En India, por ejemplo, miles de recién nacidas correrán la suerte de ser abandonadas en la calle o vendidas al mejor postor. Mientras, en China, asesinarán a millares de neonatas o, cuando crezcan, serán esclavizadas en la prostitución. En numerosos países de África y Medio Oriente, centenares de niñas serán víctimas de ablación genital a causa de ciertas creencias culturales y religiosas. Por lo tanto, su sexualidad femenina será mutilada para siempre.

Ojalá que algún día los mismos medios de comunicación que celebran el nacimiento de los bebés de ‘sangre azul’, difundan y condenen las tragedias de las que son víctimas millones de niñas en el llamado tercer mundo.

Eso de la nobleza y las monarquías no es precisamente un cuento de hadas, como en las películas de Disney. Lo que representan es el poderío de una gente que sabe Dios quién les otorgó el estatus de realeza. Dominan grandes extensiones de terrenos pobladas por sus plebeyos súbditos. Los mayores descubrimientos, guerras y conquistas de la historia fueron producto de la ambición de reyes sedientos de poder y de riquezas. ¿Recuerdan el relato aquel de que la reina Isabel la Católica donó sus joyas para financiar el viaje de Cristóbal Colón hacia las Indias? Pues esa inversión la recuperó con creces, con todo el oro y piedras preciosas que le robaron a los nativos del nuevo mundo. Ni hablar de los otros imperios europeos que saquearon el resto del planeta.

La prosperidad que gozan hoy día las principales monarquías europeas, proviene en su mayoría de esas aventuras de pillaje que realizaron por estos mundos ‘salvajes’. Los reyes y sus familias constituyen un símbolo de autoridad en sus respectivas naciones, pero siguen viviendo del presupuesto público. Mantienen y disfrutan su estilo de vida gracias a los impuestos pagados por sus súbditos.

Muchos medios de difusión obtienen enormes ganancias al cubrir cuanto evento social involucre a los nobles europeos, bautizos, bodas, coronaciones, chismes, y demás. Suelen casarse entre ellos, por aquello de mantener su clase real. Por si fuera poco, el jet set de la nobleza europea cuenta con familias reales procedentes de países que hace tiempo los botaron a patadas y hoy son repúblicas. ¿Acaso estos príncipes ‘herederos’ planifican reconquistar sus antiguos dominios?

A lo largo de los años, muchos reinos se transformaron en gobiernos constitucionales, debido al reclamo de poderes por parte de sus súbditos. En casos como el de España, su sistema de gobierno es de corte republicano, pero con sus reyes en el trono. De paso, Leonor, la princesa de Asturias y heredera de Felipe VI, apenas tiene 8 años. No quiero imaginarme a sus compañeritos de clase rindiéndole pleitesía.

Otras monarquías en el planeta gobiernan de forma absoluta, en donde sus dinastías se lucran excesivamente a costa de la miseria del pueblo. Eso pasa mucho en los alrededores del Golfo Pérsico.

En algunos países que no son monarquías existen dinastías hereditarias, como el caso de los Kim en Corea del Norte, y como pasó en Haití con los Duvalier y los Somoza en Nicaragua. Hasta en Puerto Rico tenemos algunos ‘reinados’ en donde ciertos alcaldes les heredan la poltrona a sus nenes. Para desprestigio de ellos, sus chismes no salen publicados en Hola, sino en Primera Hora.

LA JUNTA DE LOS BUITRES










por Manuel Rodríguez Ortega

publicado en el periódico El Hostosiano

julio 2016


Llegó una junta fiscal
a pagarle a los bonistas,
a costa de nuestra isla
su dinero va a quitar.
Esto era de esperar,
gracias a la corrupción
que arropó sin compasión.
Políticos sin decencia
gastaron con imprudencia,
endeudando a mi nación.

El gringo gobernará:
esta vez es más directo
con opresión y desdeño
nuestras arcas vaciará
y las deudas cuadrarán.
Con la excusa del control
un nuevo administrador
por encima del gobierno
quitará todo el dinero
hasta del gobernador.

Controlan el presupuesto,
sueldos, tierras, propiedades.
Venderán lo que les place
sin decirle nada al pueblo.
Tiran al nivel del suelo
toda nuestra economía,
con desidia y cobardía
quieren meterle el diente
al dinero de mi gente
de la pobre patria mía.

Siete tipos vienen juntos
volando como los buitres
en un escenario triste
controlan a todo el mundo.
Con su poder tan inmundo
que no limpia ni la ducha,
nuestro pueblo en pie de lucha
unidos los venceremos.
Pongamos todo el esfuerzo
para botar a la junta.