Entradas populares

9 de febrero de 2017

GOLES QUE GANAN JUEGOS (Y MILLONES)

por Manuel Rodríguez Ortega



En junio y julio de 2014 el globo terráqueo se paralizó por la Copa Mundial de Fútbol. El deporte rey arrastra más multitudes y provoca más furor que cualquier otro. Prácticamente en todos los países - en mayor o menor grado- se juega el deporte y se organizan torneos.

En Estados Unidos se juega también, aunque lo bautizaron con el feo nombre de “soccer”, porque tienen su propio fútbol que en realidad es un rugby al estilo americano.

El organismo rector del fútbol a nivel mundial es la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociación). Es una máquina de hacer dinero que genera más ganancias que el presupuesto anual de muchos países. La Federación dirige unas seis asociaciones regionales que a su vez agrupan a 209 naciones miembros (más que las Naciones Unidas que tiene 192). Puerto Rico está entre esos países, en ruta a mejorar su calidad competitiva.

La pasada Copa Mundial, celebrada en Brasil, generó multimillonarias ganancias: alrededor de $50 billones de en la venta de taquillas y en auspicios comerciales, transmisiones televisivas y la venta de todo tipo de chucherías conmemorativas.

Aunque el resultado final no favoreció al equipo anfitrión, que se tuvo que conformar con un cuarto puesto, el campeonato representó una enorme oportunidad para que Brasil mostrara su mejor cara ante el mundo. ¿Lo logró? Bueno… el pueblo brasileño no ocultó su disgusto por los gastos excesivos incurridos por el gobierno en la construcción de infraestructura.

Tan pronto se recogió el último papelito tirado al suelo en Río de Janeiro, salen a flote los verdaderos campeones del torneo. No fue el equipo de Alemania ni otros países, sino la propia FIFA. Esta poderosa entidad que se promueve como sin fines de lucro y está exenta de pagar impuestos, se echó al bolsillo un botín de $4,500 millones, de los cuales apenas repartió $406 millones entre los 32 equipos participantes y las demás federaciones mundiales.

Los campeones germanos se embolsaron $35 millones y el equipo subcampeón $25 millones. Los demás se llevaron su dinerito, hasta los que se eliminaron en la primera recibieron un premio de consolación de $8 millones. Vale mencionar que la selección de Argelia tuvo la encomiable iniciativa de donar sus ingresos a la causa de los niños de la Franja de Gaza.

Desde 1998 el presidente de la FIFA es un tal Joseph Blatter, de quien se alega ha recibido jugosos sobornos a cambio de otorgar las sedes para los próximos campeonatos, así que podemos pensar que los chavos corrieron por montones para otorgar la sede a la fría Rusia en 2018 y a la desértica y calurosa Qatar en 2022.


Un detalle que me pareció curioso fue que muchos de los equipos europeos estaban compuestos en su mayoría por jugadores de raza negra. Lo cierto es que ellos suelen ser inmigrantes nacionalizados que provienen de las antiguas colonias en África o América. A pesar de la xenofobia reaccionaria que pulula actualmente en Europa, con tal de que ganen sus equipos son capaces de aceptar a los negros. Así es como único se aprecia a las minorías étnicas y a los inmigrantes. Claro, los fanáticos no dejan de tirarle guineos al campo de juego como un insulto racista.