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15 de febrero de 2019

LA MÚSICA DE LA MONTAÑA

La colonización de Puerto Rico fue el punto de partida para la formación de una música autóctona puertorriqueña, mediante la paulatina fusión de ritmos e instrumentos que aportaron los colonos españoles, los taínos y los africanos. Esa mezcla sonora fue la base de la tradición musical puertorriqueña, con sus variantes geográficas, raciales y de clase social. Lo que conocemos hoy como música jíbara de la montaña se originó en la canción folklórica del sur de España (mayormente de Andalucía y con influencia árabe) que trajeron los colonos. Eventualmente, se enriqueció con instrumentos que aportaron los taínos (el güiro y la maraca) y los africanos (tambores y panderos).

Sin embargo, el instrumento musical por excelencia de nuestra música típica es el cuatro puertorriqueño, derivado de la vihuela española. Al cuatro –considerado nuestro instrumento nacional– le acompañan en las piezas musicales otros instrumentos de cuerda como la guitarra, el tiple y la bordonúa. Las más importantes expresiones de la música de montaña son el seis, la décima y el aguinaldo.

En Puerto Rico existen literalmente cientos de tipos de seis que se han desarrollado a través del país. Algunos de estos han sido descritos por Francisco López Cruz en su libro ”El seis con décima”. Su forma literaria depende de la copla, la décima y de las improvisaciones que conocemos como trovas. El origen de su nombre se  halla, posiblemente, en que eran seis las parejas que tomaban parte en el baile. Se colocaban en hileras los hombres frente a las mujeres, zapateaban al compás de la música, se cruzaban y luego se unían, bailando en parejas. Aún se baila de este modo el seis, especialmente en los ballets folklóricos.

El seis se puede nombrar por su forma o coreografía, su autor o la zona en que se origina. Las variantes más conocidas del seis son:
 Seis chorreao: es la espina dorsal de la música campesina jíbara. Es el más rápido de los ritmos de seis. 
 Seis sonduro o zapateao: en este tipo de seis los bailadores (usualmente hombres) hacen fuertes ruidos con sus zapatos.
 Seis de oriente o seis fajardeño: es el más popular en la parte oriental de Puerto Rico. 
 Seis con décimas
 Seis bombeao

La décima es una expresión viva de lo que se llama música del jíbaro o música del campo. Ha sido el vehículo preferido para darle rienda suelta a la inspiración del trovador. Este género se hizo tan popular que desplazó a otros géneros de origen español como el romance y la copla. Fue perfeccionada por Vicente Espinel, por lo que se le conoce como “Décima Espinela”. La estructura rítmica de las canciones es de diez versos octosílabos improvisados, en una rima específica en formato A-B-B-A-A-C-C-D-D-C. Los festivales de trova atraen a las multitudes, sobre todo cuando entre los trovadores se generan controversias cantadas.

El aguinaldo surge de la antigua canción navideña andaluza, la cual se dispersó por toda Hispanoamérica. Los aguinaldos se tocaban para acompañar a quienes iban de casa en casa en la Navidad, en búsqueda de obsequios o “aguinaldos”. La tradición emulaba la búsqueda de establos en Belén por parte de María y José. En Puerto Rico, la costumbre evolucionó en la trulla o asalto navideño. Los músicos y cantantes van de casa en casa, en donde son invitados a comer y beber. La música del aguinaldo es de origen popular y se acompaña con panderetas, cencerros, güiros e instrumentos de cuerda como el cuatro. Los aguinaldos se utilizan como vehículos para la improvisación de décimas y se intercambian con los seises.

El carácter festivo de la música criolla, sobre todo cuando se interpreta en Navidad, en seguida nos alude a toda una serie de placeres que se disfrutan en las fiestas: ron pitorro, lechón asao, arroz con gandules, pasteles y demás manjares típicos. 

Son numerosos los cantantes que han interpretado y grabado la música de la montaña, entre ellos los hermanos Ramito, Luisito y Moralito; Chuíto el de Bayamón; Luis Miranda “Pico de Oro”; Victoria Sanabria; Joaquín Mouliert “El Pitirre de Fajardo” Mariano Cotto “El Vate de la Espinela”; Andrés Jiménez “El Jíbaro”; Odilio González; Ernestina Reyes “La Calandria”; Luis Daniel Colón y otros. 

Nuestra música típica ha contado además con virtuosos de la interpretación del cuatro, tales como Maso Rivera, Edwin Colón Zayas, Prodigio Claudio, Quique Domenech, Modesto Nieves, Christian Nieves y otros.